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Campamento en Balneario Santa Monica

Enclavado en el pequeño poblado de La Redonda de Abajo, dentro del municipio de Ezequiel Montes, Querétaro, el Balneario Santa Mónica se ha consolidado como un destino que combina lo mejor del turismo rural, el ecoturismo y el campismo en un entorno acogedor, rodeado de paisajes semidesérticos, tradiciones vivas y una gastronomía que evoca la autenticidad del centro de México.
Este rincón queretano no solo ofrece albercas de aguas termales y espacios recreativos, sino también la oportunidad de reconectar con la tierra, con el silencio del campo y con la esencia de la vida comunitaria.
Un paraíso para el campismo y el turismo consciente
Santa Mónica destaca por ser uno de los pocos balnearios de la región que permiten acampar en sus instalaciones. Sus áreas verdes están pensadas para quienes buscan despertar con el canto de los gallos, caminar descalzos sobre el pasto húmedo por el rocío matutino y contemplar el cielo estrellado lejos del bullicio citadino. El terreno plano y abierto facilita la instalación de casas de campaña, y el ambiente seguro permite que familias enteras disfruten de noches tranquilas al aire libre. Además, el balneario cuenta con baños, regaderas, zonas de sombra y asadores, lo cual hace que acampar aquí sea cómodo y accesible.
Para los amantes del ecoturismo, los alrededores de La Redonda de Abajo ofrecen caminatas entre nopaleras, rutas para bicicleta de montaña y la posibilidad de observar la fauna del semidesierto, como aves, lagartijas y pequeñas especies silvestres. Esta experiencia de contacto con el entorno natural promueve una forma de turismo más sostenible y respetuosa, donde el visitante aprende a convivir con el paisaje y a valorar su belleza discreta pero profunda.
Diversión y descanso en un entorno familiar
El Balneario Santa Mónica cuenta con albercas de agua templada, ideales tanto para niños como para adultos. Sus instalaciones incluyen chapoteaderos, zonas recreativas y áreas verdes para juegos, picnics o simplemente para relajarse con una hamaca o una manta en el suelo. La tranquilidad del lugar lo hace perfecto para familias con niños pequeños, parejas en busca de descanso o grupos de amigos que quieren escapar de la rutina.
Gastronomía local: el sabor de lo auténtico
Una de las grandes sorpresas que depara la región es su gastronomía típica, sencilla pero deliciosa. En La Redonda de Abajo y en las comunidades vecinas se pueden encontrar platillos tradicionales como las enchiladas queretanas, los nopales con chile, las carnitas, el borrego al horno y las tortillas hechas a mano. En temporada, se preparan atoles de sabores locales y tamales caseros que pueden acompañar las celebraciones religiosas. Además, la cercanía con Ezequiel Montes permite disfrutar de los vinos y quesos de la región, ya que esta zona forma parte de la famosa Ruta del Arte, Queso y Vino de Querétaro.
Clima ideal para todo el año
El clima en esta zona del semidesierto queretano es templado durante la mayor parte del año. En primavera y verano, los días son cálidos y soleados, perfectos para disfrutar del agua y actividades al aire libre. Las noches, incluso en verano, son frescas, lo que hace del campismo una actividad agradable sin las incomodidades del calor excesivo. En otoño e invierno, aunque las mañanas pueden ser frías, el ambiente sigue siendo propicio para caminatas, ciclismo y acampadas si se va bien preparado.
Tradiciones vivas en un entorno rural
La comunidad de La Redonda de Abajo conserva tradiciones religiosas y festivas que reflejan el espíritu del México rural. Durante las fiestas patronales, el pueblo se llena de color con altares, procesiones, danzas tradicionales, música de banda y juegos pirotécnicos. Estas celebraciones son una excelente oportunidad para que los visitantes se integren con la comunidad y vivan la hospitalidad local. Además, los mercados y tianguis que se instalan ocasionalmente son perfectos para adquirir productos artesanales, miel local, quesos, pan de pulque y artesanías en ixtle.
Atractivos turísticos cercanos
Estando en Santa Mónica, los visitantes tienen a su alcance una gran variedad de atractivos turísticos cercanos. A tan solo 15 minutos se encuentra el Pueblo Mágico de Bernal, hogar de la imponente Peña de Bernal, uno de los monolitos más grandes del mundo y sitio ideal para senderismo, escalada o simplemente contemplación. También se puede visitar el Viñedo La Redonda, famoso por sus recorridos, catas y eventos culturales. Un poco más lejos, pero dentro del mismo municipio, se localiza el centro histórico de Ezequiel Montes, con su parroquia de San Miguel Arcángel y su ambiente tranquilo y pintoresco.
Consejos para una visita exitosa
Para disfrutar plenamente del Balneario Santa Mónica, se recomienda llegar temprano, especialmente los fines de semana o en temporada vacacional, ya que el lugar es popular entre familias de la región. Lleva ropa cómoda, traje de baño, bloqueador solar y gorra. Si vas a acampar, no olvides tu tienda de campaña, linterna, ropa abrigadora para la noche y suficiente agua potable. Llevar hielera y algunos alimentos también es buena idea, aunque en el balneario suele haber venta de comida básica. Verifica el clima antes de tu visita y procura respetar el entorno natural y las costumbres de la comunidad.
Ventajas del camping en la región
Practicar el camping en Santa Mónica va más allá de una simple escapada: es una forma de conectarse con la vida rural, de disfrutar del tiempo sin prisas, de escuchar el silencio y de convivir en armonía con la naturaleza. Esta zona de Querétaro es segura, tranquila y cercana a múltiples puntos de interés turístico, lo que la convierte en una base perfecta para explorar los encantos del semidesierto central. Acampar aquí representa un regreso a lo esencial, a la sencillez del aire limpio y la convivencia cara a cara, sin pantallas ni distracciones.
En conclusión, el Balneario Santa Mónica en La Redonda de Abajo es mucho más que un sitio con albercas: es un espacio donde el turismo se vive con calma, donde el paisaje invita al asombro y donde cada visitante tiene la oportunidad de redescubrir la riqueza natural, cultural y humana del campo queretano. Una experiencia que, sin duda, deja huella.
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