Ubicado en el kilómetro 37.5 de la Carretera México-Texcoco, en la comunidad de La Castilla,…
Campamento en Ahuehuete de Lanzarote

En el corazón de la región montañosa del Estado de México, dentro de la comunidad de Cañada de Cisneros, se encuentra un tesoro natural poco conocido: el Ahuehuete de Lanzarote.
Este majestuoso árbol milenario, ubicado entre cañadas, arroyos y paisajes serranos, es más que un atractivo natural. Representa un punto de encuentro entre la historia viva, el ecoturismo, el turismo rural y el potencial para una experiencia profunda de campismo en contacto con la naturaleza.
Un gigante milenario en la sierra mexiquense
El Ahuehuete de Lanzarote es un ejemplar ancestral de Taxodium mucronatum, árbol sagrado para varias culturas prehispánicas y símbolo nacional de longevidad y resistencia. Su enorme tronco, sus raíces que se aferran a la tierra húmeda y su follaje que proyecta una sombra inmensa, lo convierten en un lugar ideal para la contemplación, la meditación o simplemente para una caminata tranquila. Está rodeado de un entorno boscoso con arroyos cristalinos, fauna silvestre y vegetación nativa, que lo hace un escenario perfecto para el campismo y el ecoturismo.
Este lugar no solo es visualmente imponente, sino también espiritualmente significativo para los habitantes de la comunidad, quienes lo consideran un guardián natural y testigo del tiempo. Visitarlo es acercarse a una conexión más profunda con la tierra y sus ciclos.
Campismo en un entorno privilegiado
Las inmediaciones del Ahuehuete de Lanzarote ofrecen zonas planas y arboladas ideales para acampar, con acceso a agua natural, sombra abundante y un ambiente fresco incluso en temporada cálida. Los visitantes pueden instalar sus tiendas de campaña cerca del árbol o a lo largo del cauce del arroyo que lo acompaña, disfrutando del sonido del agua, del canto de las aves y del cielo estrellado que se abre por la noche.
Para los amantes del campismo rústico, este lugar representa una oportunidad excepcional: sin ruido urbano, sin aglomeraciones, y con la posibilidad de reconectar con lo esencial. Además, al tratarse de un paraje gestionado en gran parte por la comunidad, hay un ambiente seguro y respetuoso con el medio ambiente.
Ecoturismo y turismo rural: naturaleza y comunidad
La comunidad de Cañada de Cisneros, situada en una zona de transición entre el bosque templado y la sierra, ha comenzado a promover el cuidado de su patrimonio natural mediante iniciativas locales de turismo rural y ecoturismo comunitario. Los visitantes pueden realizar caminatas guiadas por pobladores conocedores de la flora y fauna local, así como del valor cultural del Ahuehuete.
Asimismo, se pueden conocer prácticas agrícolas tradicionales, visitar huertas de manzanas, duraznos y otros frutales, o participar en talleres sobre herbolaria, recolección de hongos comestibles y cocina tradicional. Este tipo de turismo no solo fortalece la economía local, sino que permite a los viajeros comprender la importancia de la vida campesina y su vínculo con la naturaleza.
Clima y gastronomía de montaña
El clima en Cañada de Cisneros es templado subhúmedo, con mañanas frescas, tardes soleadas y noches frías durante la mayor parte del año. Estas condiciones hacen del lugar un sitio perfecto para actividades al aire libre y el campismo, con la ventaja de tener paisajes verdes y caudales abundantes incluso en la temporada seca.
En cuanto a la gastronomía, los visitantes pueden deleitarse con platillos tradicionales elaborados con ingredientes locales. Destacan los guisos con setas y hongos recolectados en el bosque, las carnitas cocinadas al fuego de leña, y antojitos como tlacoyos, quesadillas de flor de calabaza y atole de pinole. Además, se pueden encontrar productos artesanales como miel, mermeladas y licores de frutas.
Tradiciones vivas y arraigo campesino
Cañada de Cisneros conserva un fuerte sentido de comunidad y tradición, con fiestas patronales, celebraciones agrícolas y rituales vinculados al ciclo de la tierra. Las festividades suelen incluir música de banda, danzas populares y ofrendas a la naturaleza. Durante el Día de San Isidro, por ejemplo, se realizan procesiones para bendecir los campos y agradecer la fertilidad de la tierra.
Estas tradiciones forman parte del atractivo turístico del lugar, donde los visitantes pueden ser testigos —e incluso partícipes— de la vida cultural de una comunidad rural viva y orgullosa de su identidad.
Atractivos turísticos cercanos
Además del Ahuehuete, la región cuenta con otros atractivos dignos de explorarse. A poca distancia se encuentra el Parque Ecoturístico El Ahuehuete, con senderos, miradores y zonas para actividades recreativas. También están los manantiales de aguas limpias y frías, ideales para refrescarse en temporada de calor.
Para quienes buscan una experiencia más extensa, se puede combinar la visita con un recorrido hacia Villa del Carbón, un Pueblo Mágico conocido por sus paisajes boscosos, producción de artesanías en piel y ambiente tranquilo. Otro sitio cercano es la Presa Taxhimay, con su iglesia sumergida visible cuando baja el nivel del agua, un escenario fotogénico y lleno de historia.
Consejos para el visitante
Equipamiento: Llevar tienda de campaña, ropa abrigadora, impermeable y calzado para montaña. No olvidar linterna, repelente y una bolsa para llevarse la basura.
Respeto por la naturaleza: No encender fogatas fuera de las zonas permitidas, no cortar plantas ni molestar a la fauna local.
Apoyo a la comunidad: Contratar guías locales, comprar productos de la zona y seguir las recomendaciones de los habitantes.
Ventajas del camping en el Ahuehuete de Lanzarote
Practicar el campismo en este sitio ofrece múltiples beneficios: tranquilidad, aire limpio, contacto con la naturaleza y una conexión cultural genuina. A diferencia de destinos más turísticos, aquí el visitante no es un espectador distante, sino parte de una experiencia inmersiva y transformadora.
El Ahuehuete de Lanzarote no es solo un árbol monumental, sino el corazón de una región que invita al descanso, al asombro y a la reflexión. Visitarlo es descubrir una joya natural y cultural que, gracias a su gente, permanece viva y abierta al mundo.
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