A tan solo 45 minutos de Mérida, escondido entre caminos de piedra blanca y vegetación…
Campamento en Balneario Xlacah

En el corazón de la península de Yucatán, entre la selva baja, las ceibas sagradas y los vestigios milenarios, se encuentra el balneario natural de Xlacah, un cenote abierto ubicado dentro de la zona arqueológica de Dzibilchaltún, a tan solo 16 kilómetros de Mérida.
Este sitio es mucho más que una joya arqueológica: es un espacio donde confluyen la historia, la naturaleza y las tradiciones del pueblo maya, lo que lo convierte en un destino perfecto para el campismo, el ecoturismo y el turismo rural.
Un cenote con historia viva
El cenote Xlacah, cuyo nombre significa “pueblo viejo” en lengua maya, se extiende como una laguna cristalina de aguas profundas y tranquilas, ideal para nadar, reflexionar y conectar con la naturaleza. Es uno de los pocos cenotes abiertos de gran tamaño que conserva un carácter sagrado, ya que en su fondo se han encontrado objetos ceremoniales de la cultura maya, como vasijas, figurillas y artefactos de obsidiana.
Este cenote forma parte del paisaje arqueológico de Dzibilchaltún, una antigua ciudad maya que floreció antes de la llegada de los españoles. La cercanía entre la zona arqueológica y el cenote permite al visitante explorar ruinas y refrescarse en el agua en una misma jornada, lo que realza su atractivo para el ecoturismo y la aventura.
Potencial para el campismo
Aunque el área de Dzibilchaltún no está oficialmente habilitada como zona de campamento permanente, muchos visitantes optan por alojarse en espacios cercanos para acampar, o incluso en comunidades rurales que ofrecen áreas acondicionadas para ello. El clima, la tranquilidad del entorno y la posibilidad de pernoctar en contacto con la naturaleza hacen que Xlacah sea un punto ideal para planear una jornada de camping.
El visitante que desee experimentar el campismo en la región puede considerar hacerlo en eco-cabañas o jardines comunitarios que promueven el turismo sustentable, muchas veces con vista al cielo estrellado y rodeado de vegetación autóctona como ceibas, zapotes y ramones.
Ecoturismo: entre naturaleza y cultura ancestral
La región de Dzibilchaltún es un ejemplo perfecto del ecoturismo con identidad cultural. Aquí, el visitante puede nadar en aguas dulces naturales, observar aves endémicas, recorrer senderos entre la vegetación y explorar la cosmovisión maya a través de sus templos y edificios ceremoniales.
Además del cenote, destaca el Templo de las Siete Muñecas, famoso por el fenómeno solar del equinoccio, donde el sol atraviesa perfectamente la puerta del templo al amanecer, marcando un evento sagrado para los mayas. Este fenómeno atrae a cientos de visitantes cada marzo y septiembre, en una celebración que mezcla ciencia, espiritualidad y tradición.
Turismo rural y comunidad local
Las comunidades cercanas a Dzibilchaltún, como Chablekal, Cholul, Baca y Conkal, conservan una fuerte identidad rural, con raíces profundas en la cultura maya. Aquí es posible hospedarse en casas tradicionales, visitar talleres de bordado, aprender sobre plantas medicinales o degustar platillos regionales preparados en fogones de leña.
El turismo rural en esta zona es una invitación a la convivencia respetuosa con las costumbres locales, donde los visitantes son recibidos como parte de la familia y pueden participar en festividades tradicionales, como las vaquerías, fiestas patronales o el Hanal Pixán (Día de Muertos maya).
Gastronomía: sabores del Yucatán profundo
La gastronomía yucateca es una de las más ricas de México, y en los alrededores de Xlacah se puede disfrutar de una oferta auténtica que incluye:
Cochinita pibil, cocinada bajo tierra en pib.
Papadzules, con salsa de pepita de calabaza y huevo duro.
Poc chuc, carne de cerdo marinada con naranja agria y asada.
Sopa de lima, un caldo aromático con pollo y lima yucateca.
Tamales colados, panuchos y salbutes.
Además, es común encontrar dulces regionales como mazapanes de pepita, cocoyoles en almíbar y bebidas tradicionales como el pozol frío o el agua de chaya. Los mercados rurales son una excelente opción para probar estos manjares a precios accesibles y con sazón casero.
Clima y mejor época para visitar
El clima en la región de Dzibilchaltún es cálido subhúmedo, con temperaturas promedio entre 28 y 34 °C durante casi todo el año. La mejor época para visitar el cenote es entre noviembre y marzo, cuando el clima es más fresco y seco, lo que permite acampar, explorar y nadar con mayor comodidad.
Durante el verano y principios del otoño, las lluvias pueden intensificarse, pero también revitalizan la vegetación y aumentan el nivel del cenote, lo que puede ser atractivo para quienes buscan una experiencia más inmersiva en la naturaleza.
Atractivos turísticos cercanos
Desde Dzibilchaltún, el visitante tiene acceso a varios puntos de interés turístico y cultural:
Mérida, la capital yucateca, con su centro histórico, museos y vida cultural.
Puerto Progreso, a solo 30 minutos, con playas tranquilas y gastronomía marina.
La Ruta de los Cenotes, hacia el este, donde se encuentran cenotes como Xlacah, X’batún y San Ignacio.
Conkal y Cholul, pueblos con iglesias coloniales y actividades agrícolas.
Museo del Pueblo Maya, ubicado en Dzibilchaltún, donde se muestra la continuidad cultural del pueblo maya hasta nuestros días.
Consejos para visitar y acampar en la zona
Lleva ropa ligera, bloqueador solar, traje de baño y repelente biodegradable.
Si planeas acampar, consulta opciones de hospedaje rural o ecoturístico cerca de Dzibilchaltún.
Respeta las señalizaciones arqueológicas y las reglas del INAH en la zona.
No está permitido acampar dentro del sitio arqueológico, pero puedes explorar opciones cercanas en terrenos privados o ejidos con permisos adecuados.
Lleva agua potable y contenedores reutilizables para reducir residuos.
Ventajas de practicar el campismo en esta zona
Acampar cerca del cenote Xlacah y Dzibilchaltún permite vivir una experiencia de conexión con la naturaleza y la historia maya, en un entorno que inspira respeto y contemplación. La cercanía a comunidades rurales, su entorno sereno y su riqueza ecológica hacen de esta experiencia algo único, lejos del turismo masivo y lleno de sentido.
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